Por décadas la innovación y desarrollo científico es atribuible en gran medida a los hombres, las mujeres han sido marginadas de la memoria científica y son pocas las reconocidas mundialmente como impulsoras de grandes desarrollos o aportaciones que aún influyen en la sociedad, tal es el caso de Margaret Hamilton, Grace Hoper, Joan Clarke, Ada Lovelace, distinguidas por su intervención en el mundo de la informática.